El exfoliante es uno de esos pasos que NO son necesarios a diario, así que puedes reservar para los días en que tengas más tiempo para disfrutar de tu rutina facial. La exfoliación consiste en eliminar las células muertas de la piel y así unificar su textura. Es importante tomar en cuenta que, existen dos tipos:los exfoliantes mecánicos, esos que contienen pequeñas partículas que arrastran las células muertas con la fricción, y los exfoliantes químicos que usan ingredientes químicos como los alfahidroxiácidos AHA (ácido láctico, ácido glicólico) y los betahidroxiácidos BHA (como el ácido salicílico ideal para pieles grasas).
Cómo:
Si es mecánico, masajea el exfoliante con movimientos circulares sobre la piel húmeda evitando el contorno de los ojos y aclara con agua templada. Si es químico, aplícalo sobre la piel con un disco de algodón, no lo aclares y espera a que se seque para seguir con tu rutina.
Cuándo:
Noche.
Frecuencia:
1 vez a la semana si tienes la piel normal o seca y hasta 3 veces si tu piel es grasa o mixta.